Stefano Arnhold nació en Brasil en una familia de exitosos banqueros alemanes. Tras estudiar en su país natal, en 1987 fue contratado por Tec Toy, una empresa de juguetes y productos electrónicos con sede en São Paulo. La empresa, más conocida por producir y distribuir las videoconsolas de Sega en Sudamérica, le ascendió a CEO en 1994. Gracias a su trabajo, Sega se convirtió en líder del mercado brasileño, del mismo modo que Nintendo dominaba en Norteamérica.

En la actualidad, Arnhold preside el Consejo Asesor de Conservación Internacional en Brasil, una función que se suma a sus más de 30 años de experiencia en el ámbito medioambiental. En su opinión, es importante desarrollar cadenas de suministro sostenibles en la selva amazónica y a lo largo de la costa para ayudar a garantizar el bienestar de la población indígena y los agricultores locales. Si las comunidades locales pueden beneficiarse de cadenas de suministro sostenibles, podrán explotar fuentes de ingresos lucrativas como el caucho.

Arnhold fue un esquiador apasionado en su juventud, por lo que el deporte en general, y los deportes de invierno en particular, le siguen apasionando. Trabaja para modernizar la gestión deportiva tanto en Brasil como en el resto del mundo. En esta entrevista nos explica cómo su espíritu emprendedor y sus conocimientos de gestión de patrimonio son cruciales para tener éxito en los negocios, especialmente a la hora de dejar un legado.

Pequeños pasos para ir creciendo en los negocios

«Comencé trabajando en pequeñas empresas», explica Arnhold, «pero pronto escalé hasta llegar a corporaciones de gran tamaño. Tec Toy tuvo mucho éxito, pero cometí errores durante el proceso. La clave está en aprender de esos errores para no repetirlos. También es esencial pedir consejo a las personas adecuadas, escuchar lo que tienen que decir y luego tomar decisiones bien fundamentadas».

Para Arnhold, es especialmente importante buscar asesoramiento si piensa invertir en un sector del que no sabe mucho. «Quizá el mejor consejo que recibí en mi vida fue que no intentara hacer demasiadas cosas sin disponer de capital suficiente», dice. «También creo que siempre debes considerar las implicaciones a largo plazo de tus acciones. Esto resulta particularmente cierto en estos momentos si nos fijamos en la forma en que estamos envenenando el planeta con plásticos derivados de combustibles fósiles. Los fabricantes y los inversionistas priorizan los beneficios, pero todo el planeta acabará pagando un alto precio».

Arnhold cree que es crucial centrarse en la sostenibilidad. «Para mí, la sostenibilidad tiene dos facetas», continúa diciendo. «La primera es la autosostenibilidad, que es la sostenibilidad de la propia empresa, y la segunda es el aspecto relativo a la sostenibilidad social y medioambiental. Es necesario encontrar el equilibrio adecuado: si el proyecto no es lo bastante lucrativo, no será autosostenible, y si es muy rentable, es posible que no sea sostenible desde el punto de vista medioambiental».

Sus valores deben coincidir con su ética empresarial

La empresa de Arnhold, CBKK, toma su nombre de la frase en esperanto «Celo de Bonstato Kaj Konservado», que significa que su propósito es garantizar el bienestar y la conservación. CBKK es una factoría de empresas emergentes que desarrolla e impulsa prácticas empresariales sostenibles con un impacto socioambiental positivo. Al asociar los conocimientos y las convicciones de los empresarios y las comunidades, Arnhold pretende aprovechar ideas que permitan transformar la producción y el consumo.

«Es vital que tus inversiones y tu estilo de vida se correspondan con tus valores y pasiones», añade Arnhold. «Uno no puede invertir en empresas petroleras y luego oponerse a ellas tratando de sustituir el plástico, por ejemplo. Cuando me encuentro con personas escépticas con respecto a la inversión sostenible, les digo que lo importante es el impacto a largo plazo de esas inversiones y cómo se gestiona el patrimonio. ¿Cuál es el rendimiento real de la inversión en términos financieros para los inversionistas y en términos medioambientales para todos los demás? Sería estupendo que estas inversiones estuvieran exentas de riesgo, pero la gestión del riesgo forma parte del negocio».

Comprender la historia familiar al dejar un legado

Arnhold no tiene establecido un plan de jubilación claro, de hecho, acaba de poner en marcha una nueva empresa; pero es consciente de que una buena sucesión empresarial implica mantener los valores y las tradiciones familiares y, al mismo tiempo, ser un poco disruptivo. «Esta es la clave para construir un legado», afirma. «No me importa que no se me valore por construir algo, pero creo que es importante dejar unos cimientos sólidos sobre los que otros puedan construir. Eso puede significar cualquier cosa, desde una idea o una forma de hacer negocios hasta dejar una organización consolidada. A largo plazo, una empresa exitosa se habrá construido sobre la base de unos valores sólidos y una buena gobernanza, y esto es lo que debemos transmitir a las generaciones futuras».

Emprender con éxito y gestionar el patrimonio de manera adecuada

Arnhold tiene vínculos familiares con Alemania, pero también una profunda afinidad con Suiza. Aprendió a esquiar allí cuando era joven, lo que le llevó a desarrollar su pasión por los deportes de invierno y a involucrarse más tarde en la gestión deportiva. Considera que, cuando se trata de tener éxito en los negocios, los suizos tienen el enfoque adecuado. «Pensamos en Suiza como un refugio seguro en tiempos de incertidumbre geopolítica», explica. «Teniendo en cuenta lo que está ocurriendo en Europa del Este, esto cobra especial vigencia en la actualidad. En cuanto a la protección de sus activos, Suiza cuenta con tradiciones consolidadas y leyes, personas y sistemas excelentes, por lo que es el lugar perfecto desde el punto de vista de la gestión de patrimonio».

Además de los aspectos físicos de la inversión y la gestión de patrimonio, Arnhold también considera que el aspecto emocional es muy importante. «Mi tío, Henry, era un gran lector de personas», concluye. «Siempre decía que hay que mirar a los ojos a las personas con las que quieres hacer negocios porque esto ayuda a desarrollar tu inteligencia emocional. Y la inteligencia emocional forma parte de la magia de hacer buenos negocios».

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