Cuando me piden mi opinión sobre el éxito empresarial, me acuerdo de una cita que leí de Thomas A. Edison. Aunque es más conocido por inventar la bombilla, Edison también fue un prolífico empresario que creó empresas en numerosas áreas, desde los productos químicos y la radiografía hasta la minería y la distribución de energía. ¿Su consejo? «La buena fortuna sucede cuando la oportunidad coincide con la preparación».
Para la mayoría de los empresarios, la buena fortuna que buscan está relacionada con su negocio y su patrimonio personal. Al igual que Edison, puede que sean personas ambiciosas que asumen riesgos con la convicción de seguir sus pasiones, a menudo en campos como las ciencias de la vida, la moda, la industria farmacéutica, la electrónica o la informática. Pero el valor de su empresa constituye una parte considerable de sus activos y su rendimiento repercutirá directamente en su propio futuro financiero.
Por eso es aún más importante que adopte una perspectiva holística de su situación general cuando se embarque en una nueva aventura empresarial, teniendo en cuenta todos los aspectos, desde la planificación financiera, la gobernanza y la estructuración del patrimonio hasta la fiscalidad y la planificación sucesoria. También en este caso, la preparación es esencial.
En mi condición de Head of Wealth Planning Americas en Julius Baer y experta en gobernanza familiar en el marco de los servicios de Family Office, estoy estrechamente familiarizada con las complejidades de la gestión patrimonial a las que se enfrentan los clientes, en particular quienes se embarcan en nuevas aventuras empresariales. América registra algunos de los niveles más altos de actividad empresarial del mundo. Según el Global Entrepreneurship Monitor, cinco de los seis países del mundo que reportaron que más de 1 de cada 4 adultos iniciaron una nueva empresa proceden de nuestra región: Guatemala, Colombia, Panamá, Chile y Uruguay.
Las sesiones periódicas de sparring que mantengo con mis clientes sobre temas como la planificación del futuro de sus empresas, sus vidas y las de sus familias me han proporcionado una perspectiva clara sobre cómo gestionar las complejidades de la planificación patrimonial. A continuación, comparto con ustedes mis cinco consideraciones principales para la planificación de su patrimonio a lo largo del ciclo de vida privado y empresarial:
1. Cree un plan holístico y estratégico
Cuando mis clientes inician una nueva empresa, la lista de sus prioridades suele empezar con «negocio» y «familia». Las «finanzas personales» suelen figurar más abajo en la lista. Les aconsejo que piensen en términos más amplios sobre su situación patrimonial, teniendo en cuenta aspectos como la diversificación, la gobernanza empresarial, la fiscalidad, la reubicación y la sucesión. Y que desarrollen una perspectiva de 360 grados que tenga en cuenta los objetivos financieros que persiguen para sí mismos, su familia y su empresa. Al tomar decisiones conscientes de esta manera, podrán adoptar las medidas pertinentes para garantizar que sus resultados reflejen adecuadamente sus deseos en cuanto a la manutención de sí mismos y de sus familiares.
2. Seleccione una red de socios y asesores de confianza
Los empresarios suelen tener más éxito en la toma de decisiones si han analizado los hechos, las opciones y las circunstancias en compañía de expertos. Es fundamental crear una red de asesores de confianza a los que pueda recurrir. Además de un especialista en planificación patrimonial y un asesor fiscal, busque a un abogado, un contador y un asesor independiente en su sector empresarial. En ocasiones, incluso cuando la empresa ya se ha consolidado, contar con una persona independiente en la dirección resulta muy beneficioso para ayudar a los propietarios a centrarse en el negocio con mayor objetividad. Y recuerde: ningún asesor tiene todas las respuestas, pues el territorio que hay que cubrir es demasiado complejo. Como planificadores patrimoniales, somos expertos en adoptar una visión de alto nivel, pero la clave está en seleccionar, armonizar y gestionar un equipo de servicios profesionales que pueda sintetizar, analizar y coordinar las diferentes piezas en movimiento.
3. Elija una estructura jurídica, un lugar de constitución y de gestión adecuados
Las decisiones que tome al crear su empresa determinarán su evolución financiera en los años posteriores, por lo que resulta esencial evaluar adecuadamente las necesidades y las oportunidades. Por ejemplo, dependiendo de sus actividades empresariales, puede que no sea tan fácil cambiar el domicilio de su empresa en una fase posterior, por lo que elegir la jurisdicción adecuada es primordial. La elección de la estructura jurídica operativa dependerá de factores como sus metas y objetivos, la capacidad financiera, la clase de acciones, el círculo de accionistas, los convenios de doble imposición y la forma en que planea dirigir su empresa.
En cuanto al lugar de constitución y gestión, tenga en cuenta factores como la actividad empresarial, los requisitos de fondo, las tasas del impuesto de sociedades y si va a alquilar o comprar las instalaciones de la empresa.
4. Diversifique su patrimonio y separe las actividades empresariales del patrimonio personal
Es algo típico que los empresarios concentren gran parte de su patrimonio en su negocio. Cuando está centrado en gestionar las operaciones en curso de su nueva empresa, a veces, olvida la importancia de diversificar su cartera de activos. Además, también es fundamental que exista una clara separación desde el punto de vista jurídico entre los activos de su empresa y su patrimonio personal, con el fin de preservar su patrimonio frente a los riesgos intrínsecos que suele conllevar la gestión de una empresa. Existen diferentes formas de conseguirlo, por ejemplo, manteniendo las acciones de su empresa en una estructura diferente a la de su cartera de activos líquidos.
5. Revise periódicamente su situación
Como empresario, su mundo está en constante movimiento debido a los continuos cambios en el entorno jurídico, normativo y fiscal, por no hablar de los acontecimientos de su vida personal. Nada es para siempre, así que es importante no dormirse en los laureles y hablar de «resultados perdurables». La revisión periódica es clave. A medida que su empresa vaya creciendo, intente mantener en todo momento una provisión de liquidez que cubra al menos entre 6 y 12 meses de gastos, y asegúrese de contar con la cobertura de riesgos y las protecciones adecuadas para casos de enfermedad o incapacidad. También merece la pena pensar en el régimen matrimonial y la normativa sucesoria, sobre todo si ha cambiado su residencia o domicilio debido a su nuevo proyecto empresarial.