1 - No estar preparado emocionalmente para un viaje muy agitado
Todo el mundo sabe que los precios de los criptoactivos están sujetos a una volatilidad muy alta, pero no todos son conscientes de lo extremadamente volátiles que suelen ser. La criptomoneda más famosa es el Bitcoin. En sus casi doce años de vida, su precio ha llegado a caer más del 75 % en tres ocasiones distintas. Cada cuatro años, el rendimiento del Bitcoin sufre caídas tan pronunciadas como la caída más fuerte que experimentó la renta variable en los últimos 100 años. En comparación con las criptomonedas de libre flotación, la volatilidad de los precios de otros activos palidece.
A menudo, las criptomonedas distintas al Bitcoin han mostrado una volatilidad aún mayor. De las 10 principales criptomonedas por capitalización de mercado desde 2013, solo una ha conseguido mantenerse en el top 10. Ocho de las 10 primeras de 2013 ya no forman parte de las 800 primeras y han caído en el olvido. De las 10 principales criptomonedas de 2016 por capitalización de mercado, solo tres siguen en el top 10. Es importante que los potenciales inversionistas en criptomonedas recuerden de vez en cuando que las variaciones masivas de los precios son la norma y no una excepción para las criptomonedas de libre flotación. Deben estar preparados emocionalmente para un viaje probablemente muy agitado.
2 - Pensar que un precio de token bajo debe ser una ganga
El hecho de que un token de un criptoactivo tenga un precio por unidad extremadamente bajo en dólares estadounidenses no lo convierte necesariamente en una ganga. El precio de una sola unidad de un token sin contexto es casi insignificante. Los creadores de un token pueden decidir el tamaño de la oferta de monedas o tokens. Se requiere el mismo esfuerzo para crear un clon de Bitcoin que tendrá una oferta máxima de 21 millones de monedas que para uno que tendrá 21 mil millones de monedas.
Es algo similar a las monedas fiduciarias. Un dólar estadounidense vale actualmente algo más de 20.000 dongs vietnamitas. Esto se refiere solo a la tasa de cambio. No indica de ninguna manera si el dong está infravalorado con respecto al dólar o no.
En lugar de mirar el precio de un token de criptoactivo, los inversionistas deben considerar el precio en el contexto del total de tokens en circulación, así como la dinámica de la oferta de tokens en el futuro y la promesa general del token de añadir valor práctico en el mundo real.
3 - Olvidar la diversificación
Hay un adagio general en el mundo de las finanzas: «Nunca pongas todos los huevos en la misma cesta». Este alegato a favor de la diversificación es especialmente aplicable al mundo de los criptoactivos. Es probable que el titular de un bono corporativo siga recuperando algo durante la liquidación si la empresa emisora quiebra. El propietario de una casa sigue teniendo un lugar donde vivir durante una crisis inmobiliaria. En el ámbito de los criptoactivos, un cambio en las preferencias de los usuarios o grandes errores en el código base pueden hacer que una moneda o un token se deprecie casi por completo de la noche a la mañana. Por lo tanto, puede resultar prudente diversificar entre dos dimensiones:
- Los criptoactivos han mostrado una correlación menos que perfecta con otros tipos de activos financieros, como las acciones o los bonos. Los inversionistas pueden preguntarse cuál podría ser la combinación ideal de activos entre criptoactivos e instrumentos financieros tradicionales que mejor refleje sus preferencias de riesgo y sus expectativas de rentabilidad.
- No todos los criptoactivos tienen el mismo objetivo. Algunos se pueden clasificar como tokens de pago, con una función similar a la del dólar o el oro, en términos generales. Otros pueden clasificarse como tokens de infraestructura, cuyo objetivo es proporcionar una plataforma sobre la que se construyen aplicaciones financieras descentralizadas. Por otro lado, otros pueden verse como tokens de servicio, por ejemplo, sistemas que proporcionan servicios que salvan la brecha informática entre el mundo físico y el criptográfico. Al igual que es posible que un inversionista en renta variable no desee tener solo acciones de empresas farmacéuticas, sino también títulos de otros sectores, un cripto-inversionista podría querer tener monedas o tokens de criptoactivos que presenten diferentes funciones financieras y, por tanto, posean potencialmente diferentes características de movimiento de precios.
4 - Ser víctima del FOMO
El «fear-of-missing-out», abreviado frecuentemente como FOMO y que podría definirse como el miedo a estar perdiéndose algo importante, es casi omnipresente en el ámbito de las criptoinversiones. Una de cada dos publicaciones relacionadas con la posible evolución futura del precio de las criptomonedas suele ir acompañada de proyecciones de que el precio se disparará «hasta la luna», a menudo seguidas de múltiples signos de dólar y emojis de cohetes. Es difícil no dejarse arrastrar por la gigantesca ola de optimismo sobre posibles riquezas futuras, sobre todo cuando el gráfico de los precios parece una línea verde que se dispara hacia el cielo. Los inversionistas deben actuar siempre con la mayor sensatez posible. Los dos mayores enemigos del inversionista son la codicia y el miedo.
El hecho de que una moneda haya tenido un rendimiento espectacular en tiempos recientes no significa necesariamente que esta tendencia vaya a continuar. Actúe siempre con la diligencia debida. En múltiples ocasiones, agentes malintencionados han difundido noticias falsas sobre criptoactivos para influir en su precio. Los esquemas «pump and dump», con los que se busca aumentar fraudulentamente el precio de un activo mediante la manipulación o falsificación de información, no son infrecuentes en el sector. Cuando vea que un influencer publica algo positivo sobre una moneda o un token, pregúntese si le están pagando y, si es así, quién lo hace. Cuando lea un artículo extremadamente positivo sobre una moneda o un token, especialmente si tiene una baja capitalización de mercado, compruebe dos veces la validez de la información.
5 - Ser víctima de una estafa
Si hay algo que puede ser aún peor que comprar un producto a un precio muy exagerado, es comprar algo que no tuvo ningún valor desde un principio. Por desgracia, la novedad de las criptomonedas ha atraído a muchos estafadores a este sector. Los esquemas Ponzi han proliferado en este sector, a menudo por medio de los llamados programas de inversión de alto rendimiento. Empresas como PlusToken, USI Tech, OneCoin y Bitconnect lograron estafar, cada una, varios cientos de millones de dólares a particulares. La firma de análisis de datos de Blockchain Chainalysis estima incluso que los estafadores fueron capaces de robar más de 7.700 millones de dólares en 2021, lo cual representa un aumento del 81 % con respecto al año anterior.
Para evitar este tipo de estafas, suele ser útil leerse el libro blanco publicado. Dicho documento está disponible para la mayoría de los criptoactivos y detalla qué problema busca resolver y cómo piensa hacerlo. Si no se cuenta con un libro blanco o se tiene uno que no resiste el escrutinio intelectual, debe encenderse una señal de alarma También ayuda a buscar las credenciales de los principales contribuyentes. ¿Qué experiencia tienen en el campo de los criptoactivos? ¿Han infringido la ley alguna vez? Otro indicador es quién más está invirtiendo. Las empresas con un gran capital y las de capital riesgo consolidadas tienden a tomar medidas de diligencia debida en relación con el fraude antes de invertir. Si las identifica entre los inversionistas, esta es una pieza positiva del rompecabezas en sus esfuerzos de diligencia debida. Sin embargo, a veces basta con una gran dosis de sentido común. Bitconnect prometió una rentabilidad diaria de al menos el 1 %. Debido al efecto del interés compuesto, una rentabilidad diaria del 1 % se traduce en una rentabilidad anual del 3.678,34 %. Es muy poco probable que se lleguen a conseguir estos rendimientos financieros en alguna ocasión y menos aún que se sostengan durante periodos más prolongados. En este caso es importante tener en cuenta dos adagios generales de inversión: En primer lugar, nunca invierta en algo que no entiende del todo. En segundo lugar, si parece demasiado bueno para ser verdad, probablemente así sea.
6 - Invertir dinero que no puede permitirse perder
«Nunca invierta lo que no pueda permitirse perder» suele considerarse la regla de oro de la inversión. En pocos sectores esto es tan cierto como en el mercado de los criptoactivos. Muchos de las primeras criptomonedas destinadas al pago cayeron en el olvido. En el trepidante escenario de las finanzas descentralizadas, mientras que algunas criptomonedas podrían multiplicar su valor por mil, otras probablemente quedarán abandonadas a un lado del camino. El tremendo potencial alcista conlleva un riesgo de pérdida desgarrador.
La inversión debe ser siempre un proceso en el que se trabaje en retrospectiva. Pregúntese cuáles son sus objetivos financieros (p. ej., una casa en cinco años, una gran donación en diez años, un portafolio amplio y bien diversificado al llegar a la edad de jubilación) y, a continuación, piense qué tipo de combinación de activos va a maximizar las posibilidades de alcanzar todos esos objetivos.
7 - Olvidar las contraseñas...
Si pierde sus tarjetas bancarias, puede ir a una sucursal del banco y obtener otra de reemplazo. No es el fin del mundo. Siempre que pueda demostrar su identidad con un documento como el pasaporte o el permiso de conducir, tendrá acceso a sus fondos. Esto no es así en el ámbito de los criptoactivos, si decide asumir la custodia por su propia cuenta.
Perder la clave privada, una cadena de números y letras necesaria para realizar transacciones criptográficas, significa perder el acceso a los fondos asociados. Ya no hay vuelta atrás. Stefan Thomas, quien fue director tecnológico de un actor clave en el sector de los criptoactivos, recibió un regalo de 7.002 Bitcoins en 2011. Por desgracia, perdió la contraseña. Entretanto, ya ha logrado asumir que ha perdido más de 300 millones de dólares, considerando los precios actuales del mercado.
Si decide almacenar los criptoactivos por su cuenta, es primordial guardar las contraseñas de manera que puedan recuperarse de forma fiable. Tenga siempre al menos una copia de seguridad bien protegida de sus contraseñas.
8 ...o no proteger las contraseñas lo suficientemente bien...
Aunque es importante tener copias de seguridad de las contraseñas que se puedan recuperar de forma fiable, también es primordial que la contraseña no pueda ser recuperada por nadie más que no sea usted mismo. Al crear una contraseña para sus cripto-fondos, deben aplicarse las reglas generales relativas a cualquier contraseña:
- No utilice nunca la misma contraseña para sus cripto-fondos que la que ya utiliza para su cuenta de correo electrónico u otras credenciales de acceso.
- No elija contraseñas que haya utilizado anteriormente.
- No se centre en la información personal, por ejemplo, el nombre de su cónyuge o su fecha de cumpleaños.
- Evite segmentos fáciles de adivinar en su contraseña, como «1234», «contraseña» o «qwerty».
- La longitud tiende a incrementar la complejidad, por ejemplo, «3e&%Bt» tarda aproximadamente 4 minutos en descifrarse según randomize.com, mientras que para descifrar «rang8brownJBsquareROUTE12&%?» se tardaría mil cuatrillones (mil millones * mil millones * mil millones) de años en un ataque de fuerza bruta.
La mejor contraseña solo será segura en tanto el lugar donde se guarde sea seguro. Se desaconseja guardar la contraseña en un archivo Word en el escritorio. Tampoco es buena idea tener la contraseña impresa en un papel y guardarlo a la vista en el cajón superior de la mesa de noche. Los mejores lugares de almacenamiento son los lugares físicos, como las cajas fuertes ocultas y las bóvedas de los bancos.
9 ...o confiar las contraseñas a empresas poco seguras
En lugar de almacenar los criptoactivos por cuenta propia, un custodio podría encargarse del proceso de almacenamiento. Sin embargo, los inversionistas deben ser muy cuidadosos con respecto a quiénes confían sus criptoactivos. Las bolsas de criptoactivos pueden parecer la solución más conveniente, pero a veces se han visto episodios en los que la custodia ha resultado ser insatisfactoria. Mt. Gox, NiceHash, Coincheck, Zaif, BitMart y Cream Finance son solo una muestra de las bolsas de criptoactivos que en los últimos años han perdido fondos de los inversionistas por valor de 50 millones de dólares o más.
No se deben mantener todos los fondos en una bolsa con un pasado poco claro, una estructura de cumplimiento dudosa y que esté domiciliada en una parte del mundo en la que no se aplican normas estrictas de protección de los inversionistas. En cambio, los inversionistas deberían mantener sus fondos con un solo custodio o, preferiblemente, con varios en los que se pueda confiar. Entonces, es una buena idea mantener los criptoactivos utilizando un enfoque escalonado. Los fondos que no necesitan estar disponibles deben mantenerse en el llamado almacenamiento en frío, un método que es más seguro pero que requiere más tiempo para que estén disponibles cuando se necesiten en las transacciones. Por otro lado, los fondos que deben estar disponibles de inmediato deben mantenerse en las llamadas soluciones de almacenamiento en caliente. Al igual que pasa con las neveras, cuanto mayor sea la parte de los comestibles que pueda guardar en el frigorífico, más probable será que siga teniendo algo para disfrutar a largo plazo.
10 - Presumir en línea del patrimonio en criptoactivos
Presumir en internet de haber alcanzado la criptorriqueza es similar a gritar en la plaza más grande del mundo a todos los ciberdelincuentes: «eh, conmigo obtendrán un buen botín...»
Aunque para algunos puede ser tentador publicar una captura de pantalla del saldo de la criptobilletera en las redes sociales después de un período de gran rendimiento, no es prudente hacerlo. Según un informe reciente de Chainanalysis, los estafadores robaron una cifra récord de 14.000 millones de dólares en criptoactivos en 2021. Alardear en las redes sociales de cualquier ganancia obtenida con criptoactivos equivale a pintarse una diana en la espalda. Simplemente no lo haga.
11 - Cometer errores tipográficos en las transacciones
La inmutabilidad del registro contable de la cadena de bloques es, en general, un punto fuerte de la tecnología, pero también tiene su lado oscuro. Los errores en las transacciones pueden conllevar un costo exorbitante. Cuando se teclea un código bancario erróneo en una transacción financiera tradicional, el problema resultante puede revertirse con bastante facilidad. Esto no ocurre prácticamente nunca con las transacciones basadas en la cadena de bloques. En la gran mayoría de los casos, lo hecho, hecho está.
Son muchas las historias de personas que vieron cómo se les descontaban los fondos de sus billeteras sin que se transfirieran al destino correcto porque habían cometido un error tipográfico al teclear la dirección del destinatario, el llamado «error de dedo gordo». El 14 de diciembre de 2021, un comerciante de la colección de NFT (token no fungibles) «Bored Ape Yacht Club» quiso vender un ejemplar especialmente raro por 75 ethers, el equivalente aproximado a 300.000 dólares estadounidenses. Desgraciadamente, escribió 0,75 ether en lugar de 75, por lo que se vendió por apenas 3.000 dólares.
También ha ocurrido ya en múltiples ocasiones que algún negociante en el mercado ha confundido el campo del importe de la transacción con el campo de la tasa de transacción, generando así una agradable sorpresa para los mineros de criptomonedas y una desagradable para el receptor. Se debe verificar todo tres y hasta cuatro veces antes de realizar cualquier transacción criptográfica. Las repercusiones de un error tipográfico son mucho más graves en comparación con las transacciones en el mundo financiero tradicional.
12 - No pensar en el fisco
Benjamín Franklin dijo una vez: «En este mundo, nada es seguro, excepto la muerte y los impuestos». Aunque en el pasado las agencias tributarias siempre estaban varios pasos por detrás del sector de los criptoactivos, rápidamente se han ido poniendo al día.
En primer lugar, los inversionistas deben conocer cómo trata su jurisdicción a los criptoactivos. ¿Se aplica un impuesto sobre el patrimonio a las participaciones? ¿Los beneficios se clasifican como ingresos ordinarios, como ganancia de capital o, tal vez, como hecho imponible? En segundo lugar, los inversionistas tendrán que acumular los fondos necesarios. Gastar todos los beneficios generados por los criptoactivos en lujosas vacaciones podría acarrear sorpresas desagradables cuando llegue el momento de la próxima declaración de impuestos.
Las evaluaciones fiscales no son el tema más excitante cuando se trata del fascinante y rápidamente evolutivo campo de los criptoactivos. Pero, es un aspecto muy importante y una de las 12 trampas más comunes en las que pueden caer los inversionistas en el ámbito de los criptoactivos.