¿Cuál es el panorama económico ?

Se espera que las tasas de crecimiento y de inflación se ralenticen a medida que la normalización de la política monetaria surta efecto y disminuyan las restricciones relacionadas con la pandemia. No obstante, la fuerte tendencia del empleo y las dinámicas regionales divergentes deberían evitar una recesión mundial. Aunque los riesgos para el abastecimiento energético de Europa han disminuido significativamente, tales preocupaciones pueden persistir durante algún tiempo. A continuación, echaremos un vistazo a los principales puntos de interés con más detalle.

Dejando atrás la estanflación en 2023

Dado que las tasas de inflación suelen ir desfasadas, aún podríamos utilizar la etiqueta de «estanflación» para el año que comienza.

Sin embargo, en la práctica, es probable que haya más «estan» y menos «flación», ya que las tasas de inflación deberían caer más que las de crecimiento. Prevemos que la economía mundial crecerá tan solo un 1,9 % en 2023, después de un sólido 3,3 % en 2022. Esto aún no es indicativo de una recesión mundial, pero es probable que se produzca una desaceleración importante, como sugieren los principales indicadores económicos a escala global.

Si bien es cierto que el tiempo que transcurre hasta que la política de los bancos centrales repercute en la actividad económica es uno de los más largos, debe contradecirse la opinión generalizada de que los bancos centrales no son capaces de dirigir la economía. De hecho, la importancia de la política de los bancos centrales ha aumentado bastante últimamente, y nuestra previsión es que el crecimiento económico continúe disminuyendo en 2023 antes de que los bancos centrales den marcha atrás (lo que a su vez debería propiciar de nuevo un crecimiento más fuerte en 2024).

¿Por qué creemos que no se producirá una recesión mundial? En primer lugar, en muchos países industrializados todavía se observan fuertes tendencias de empleo, lo que mantiene a flote estas economías con un consumo elevado. En segundo lugar, es probable que las dinámicas regionales sigan siendo muy divergentes. Esto reduce las probabilidades de una recesión mundial sincronizada, ya que, por ejemplo, una recuperación en Asia podría compensar a escala mundial cierto debilitamiento en Estados Unidos.

Pero lo más importante es que pronto deberían desaparecer las tasas de inflación desorbitadas de los últimos trimestres. A escala mundial, esperamos que la tasa de inflación se reduzca del 8,5 % en 2022 al 5,1 % en 2023. Aunque sigue siendo una cifra elevada, esperamos que la mayor parte de la presión se concentre en los primeros meses del año, lo que implica que la mayor parte de la presión inflacionista empezará a remitir en algún momento del primer semestre de 2023.

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Renta fija: asegurar el rendimiento de los bonos de calidad

El rendimiento real de los bonos repuntó de forma dolorosa para los inversionistas en 2022, cuando los bancos centrales pusieron fin a la represión financiera. Por «represión financiera» se entiende una forma de gravar a los tenedores de bonos manteniendo su rendimiento por debajo de las tasas de inflación, lo que genera un rendimiento real negativo. Mientras que la salida de la represión financiera estuvo ligada a grandes pérdidas para los inversionistas en renta fija (ya que los rendimientos más altos vienen acompañados automáticamente de precios más bajos de los bonos), la buena noticia para 2023 es que los activos de renta fija vuelven a ofrecer rendimientos reales en toda la escala crediticia. Por tanto, incluso los bonos con grado de inversión alto vuelven a la palestra en lo que se refiere a rendimientos reales.

Durante el periodo de represión financiera, los inversionistas en bonos tuvieron que asumir un mayor riesgo crediticio para mitigar los rendimientos reales negativos. Sin embargo, esto ya no es necesario. Así que, dados los riesgos de una desaceleración de la economía (y la posibilidad de que se produzca una recesión mundial), los inversionistas en bonos pueden evitar los mayores riesgos crediticios, como sucede con los bonos de alto rendimiento, y recurrir a bonos de buena calidad sin dejar de obtener un rendimiento decente.

Sin embargo, al igual que ocurre con otros activos, durante el año puede llegar un momento en el que el equilibrio entre riesgo y rentabilidad aconseje pasar de nuevo a segmentos de mayor riesgo crediticio, es decir, asumir más riesgo crediticio, por ejemplo, cuando los principales indicadores económicos toquen fondo en algún momento de 2023 y la economía se recupere en 2024, como prevemos. En el comienzo del nuevo año, aún no hemos llegado a ese punto. Lo mismo ocurre con los bonos de los mercados emergentes, donde la selectividad sigue siendo clave.

Para más información sobre la renta fija, descargue nuestro informe completo.

¿Qué viene después del reajuste de la valuación?

En los nueve primeros meses de 2022, los mercados de renta variable de todo el mundo se vieron sometidos a enormes presiones motivadas por un brusco endurecimiento de las condiciones de liquidez como respuesta a las desorbitadas tasas de inflación y a la inestabilidad geopolítica. Lo que hizo que esta venta masiva fuera tan singular, es que se debió casi en su totalidad a la «reducción de los múltiplos», es decir, a la disminución de las valuaciones, mientras que las expectativas de ganancias se mantuvieron estables. El fin de la represión financiera y el consiguiente aumento de los rendimientos de los bonos han sido dolorosos, especialmente para los segmentos muy valorados de los mercados de renta variable.

Para 2023, los inversionistas centrarán progresivamente su atención en las perspectivas de beneficios, en particular, en el grado de resistencia de los beneficios empresariales frente a una fuerte ralentización de la actividad económica acompañada de presiones inflacionistas. En consecuencia, los analistas han empezado a rebajar sus estimaciones de beneficios para el próximo año en previsión de un panorama más difícil. La cuestión clave para 2023, en términos macroeconómicos, es si Estados Unidos será capaz de evitar una recesión, lo que provocaría una recesión de beneficios (es decir, una fuerte revisión a la baja de las estimaciones).

Por el momento, recomendamos a los inversionistas que en sus portafolios de renta variable mantengan una tendencia hacia valores de calidad defensiva y de elevado flujo de caja libre. Más adelante, en el primer semestre de 2023, prevemos una oportunidad para rotar hacia regiones y sectores más cíclicos, que probablemente comenzarán a mirar más allá de la ralentización transitoria y a valorarse en el marco de una recuperación económica en 2024.

Next Generation: prepararse para el próximo ciclo

El objetivo de nuestra filosofía de inversión Next Generation es identificar las megatendencias globales y transformarlas en temas de inversión tangibles. Aunque las inversiones temáticas han sufrido con el reajuste de las valuaciones del año pasado, algunas han estado mejor protegidas. Examinamos la situación con mayor detalle y señalamos cómo posicionarse mejor mientras se prepara para el próximo ciclo.

Dentro de nuestros temas Next Generation, nos centramos en empresas de sectores con crecimiento estructural, y seleccionamos las que cuentan con una ventaja competitiva, ya que son las que tienen más probabilidades de beneficiarse de las tendencias identificadas. Se hace especial hincapié en las empresas en crecimiento rentables. Al comenzar 2023, nos centraremos en los siguientes tres temas Next Generation:

¿Y qué sucede con las inversiones alternativas?

Dada la alta volatilidad de los mercados públicos, los inversionistas pueden plantearse inversiones alternativas. Representan formas de acceder a fuentes adicionales de rentabilidad y tienen el potencial de mejorar el perfil de riesgo/rentabilidad de un portafolio.

Las inversiones en mercados privados constituyen una importante puerta de acceso a un conjunto cada vez mayor de activos reales y pueden ofrecer a los inversionistas primas diferentes en comparación con las inversiones tradicionales. Las estrategias de los hedge funds pueden aprovechar el amplio abanico de oportunidades derivadas de la volatilidad macroeconómica y las perturbaciones externas, gracias a su capacidad para invertir en diversas clases de activos y tomar posiciones tanto largas como cortas.

¿Qué significa todo esto para usted?

Para ahondar aún más en el año que comienza, descargue aquí nuestro informe completo.

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