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Creemos que el crecimiento económico del primer semestre de 2024 será limitado porque no esperamos una pausa de la política monetaria hasta probablemente el segundo trimestre. A continuación, prevemos que el ciclo actual llegará a su fin cuando los bancos centrales apliquen los primeros recortes de tasas, que marcarán el comienzo de un nuevo ciclo. No obstante, este entorno de cierre de ciclo podría desencadenar cierto nerviosismo los primeros meses del año debido a que aún hay incertidumbre.

¿Hasta dónde llegarán los niveles de inflación?

Normalmente, la inflación es un indicador retardado de crecimiento, es decir, generalmente se retrasa el momento en el que la inflación se hace visible en una economía. Sin embargo, en el ciclo actual, los efectos han sido inmediatos y enormes. En el futuro, la inflación debería seguir bajando hasta acercarse a la zona de confort de los bancos centrales. La pregunta es: ¿cuándo tocará fondo? El riesgo es que la prolongación de políticas excesivamente restrictivas podría dificultar la recuperación de las economías. Por eso creemos que los gobiernos y los bancos centrales occidentales acabarán aceptando una inflación ligeramente superior en torno al 3 %. Entre los motivos cuentan la normalización de la demanda poscrisis y, más importante, de los factores relacionados con el suministro. En otras palabras, las tensiones geopolíticas han provocado un cambio en las cadenas de suministro globales y las presiones demográficas de los trabajadores en Occidente y China podrían limitar el suministro de mano de obra y añadir presión a los salarios.

Aunque creemos que nuestro escenario base es el más probable, una serie de escenarios diferentes podrían cambiar el entorno del mercado. Veamos de cerca los cuatro mayores interrogantes que podrían perturbar los mercados en 2024.

1. Nerviosismo por una recesión en EE. UU.

Aunque nuestro escenario base no incluye una recesión en EE. UU., existe la posibilidad de que el mercado laboral se desmorone y el crecimiento entre en terreno negativo. Si se produjera una recesión en EE. UU., probablemente esta también afectaría el crecimiento de otros países.

2. Estímulo insuficiente de la economía por parte de China

China es otro motivo de preocupación, pues su economía enfrenta numerosas dificultades estructurales debido a acontecimientos demográficos y económicos muy adversos. De hecho, China sigue siendo la mayor incertidumbre en lo que respecta al crecimiento y la inflación en 2024. Todas las medidas adoptadas por el Gobierno hasta la fecha no han sido suficientes para evitar los problemas de crecimiento. Lo realmente importante es que lo que ocurre en China también tiene un efecto dominó en el resto del mundo, sobre todo en las economías muy vinculadas a la economía china. Aún queda por ver cuáles serán las medidas de estímulo que adoptarán las autoridades chinas y cuál será su eficacia.

3. Agitación por las elecciones de EE. UU.

Todas las miradas estarán puestas en las elecciones presidenciales de EE. UU. de noviembre de 2024. Las últimas encuestas apuntan a que estarán reñidas entre el regreso de Trump y la reelección de Biden. En cuanto a su posible impacto económico, es probable que la vuelta de Trump aumente la incertidumbre política, sobre todo en cuanto a política exterior. En cambio, la actitud general de confrontación con China del gobierno actual no cambiaría probablemente de manera significativa. Si Biden es reelegido y cuenta con apoyo suficiente del Congreso, existe el riesgo de que la política fiscal siga siendo muy expansiva, lo cual podría aumentar los riesgos para la estabilidad financiera y el debilitamiento del dólar estadounidense.

4. Riesgos geopolíticos

Por último, los acontecimientos geopolíticos son los otros posibles factores que podríamos prever. Las rivalidades geopolíticas han vuelto con fuerza en los últimos años y van mucho más allá de la confrontación estratégica entre EE. UU. y China. Esto hace que el nuevo panorama geopolítico sea complejo y frágil.

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