A escala mundial, el porcentaje de pagos en efectivo se ha reducido casi un 20 % en los últimos cinco años, periodo en el que la tasa de crecimiento de las transacciones electrónicas casi se ha triplicado. Para 2027, es probable que las economías en desarrollo con un elevado uso de efectivo experimenten un cambio significativo hacia los pagos instantáneos sin efectivo. Esto hará que el porcentaje de transacciones con pagos electrónicos sea entre dos veces y media y tres veces mayor que en 2022.
Pagos sin efectivo en el comercio electrónico
Una de las principales razones del rápido crecimiento de los pagos digitales en los últimos años ha sido el auge del comercio electrónico. La pandemia de COVID-19 disparó los ingresos del comercio electrónico en la mayoría de los países. En el punto álgido de la pandemia, incluso aumentó el número de compras en línea, lo que provocó una resaca pospandémica en algunos segmentos del sector del comercio electrónico.
El crecimiento estructural del comercio electrónico va a continuar, expandiéndose a zonas geográficas poco penetradas, como América Latina y Europa del Sur y del Este, y a nuevos segmentos, como el de la alimentación o el farmacéutico. Este crecimiento está impulsado por las ventajas que el comercio electrónico aporta a ambas partes de la transacción. Para el minorista, ofrece un mayor radio de acción y una base de clientes más amplia, al tiempo que reduce los costos operativos. También mejora la comunicación con los clientes, lo que permite una mejor segmentación y la capacidad de ofrecer productos personalizados.
Para el consumidor, el comercio electrónico ahorra tiempo, ofrece una experiencia de compra sin complicaciones y aumenta la oferta de productos y servicios. También le brinda la oportunidad de comprar con independencia del horario de apertura de los comercios y de los aspectos demográficos locales. Además, le permite tomar decisiones informadas y conseguir precios atractivos.
El crecimiento estructural del comercio electrónico también augura un futuro prometedor para los pagos con tarjeta. Más del 50 % de los consumidores prefieren utilizar tarjetas de débito o crédito para los pagos en línea, según la encuesta «Online Checkout Survey» de JP Morgan. Si a esto añadimos las billeteras móviles, que en la mayoría de los casos están vinculadas a tarjetas de crédito, el predominio de las tarjetas como medio de pago preferido es aún mayor. Por ello, consideramos que los proveedores de redes de pago y las empresas relacionadas son los principales beneficiarios del crecimiento estructural del comercio electrónico.
Nuevas formas de pago digital
A pesar de prestar un servicio tan básico y poco atractivo, el sector de los pagos está innovando constantemente para ofrecer soluciones más cómodas y sencillas. De cara al futuro, la atención se centrará en agilizar los pagos mediante los denominados «pagos en tiempo real», que son la tecnología más avanzada en algunas partes del mundo, y los programas «compre ahora, pague después».
Compre ahora, pague después
El programa «Compre ahora, pague después» (BNPL, por sus siglas en inglés) es una innovación que ofrece a los consumidores la flexibilidad de pagar sus compras posteriormente o a plazos a lo largo de un periodo de tiempo. Dependiendo de las opciones que ofrezcan, los proveedores de este sistema obtienen ingresos directamente de los consumidores, mediante el pago de intereses o comisiones, o indirectamente de los comerciantes a través de una tasa de descuento, que oscila entre el 2 % y el 8 %.
Según algunos estudios, no solo es hasta tres veces más probable que los consumidores que utilizan BNPL efectúen una compra en línea, sino que también suelen comprar más. El sistema BNPL permite fraccionar una operación en pequeñas cuotas sin intereses que pueden reembolsarse a lo largo del tiempo. La estructura típica divide una compra de entre 50 y 1.000 dólares en cuatro cuotas iguales, empezando con un pago inicial en el momento de la compra y los tres pagos siguientes en intervalos de dos semanas a lo largo de seis semanas.
Pagos en tiempo real
El sistema de pago actual es sofisticado y seguro, pero en algunos casos carece de rapidez. Las transferencias bancarias y los pagos con tarjeta de crédito siguen tardando, en ocasiones, entre dos y tres días; y con el actual nivel de digitalización y capacidad de procesamiento, los pagos en tiempo real (RTP, por sus siglas en inglés) deberían ser la norma, no la excepción.
La introducción de los pagos en tiempo real está llamada a superar esta situación, ya que los pagos se iniciarán, procesarán y liquidarán en cuestión de segundos, a cualquier hora del día, cualquier día de la semana, incluyendo festivos y fines de semana. De este modo aumenta la transparencia y la confianza en los pagos, lo que ayuda a consumidores, bancos y empresas en la gestión de su dinero.
En 2018, el BCE lanzó el servicio TARGET Instant Payment Settlement (TIPS), que permite la liquidación de pagos en tiempo real 24 horas al día, 365 días al año, incluidos fines de semana y festivos. En Estados Unidos, la Reserva Federal comenzó a desarrollar su servicio FedNow en 2019, el cual se puso en marcha este verano. Además, los pagos en tiempo real en Estados Unidos se facilitan a través de la red RTP de la Cámara de Compensación, creada en 2017. A nivel mundial, los sistemas de pago en tiempo real están disponibles en más de 70 países, en los que se procesaron un total de 195.000 millones de transacciones en 2022, lo cual supone un aumento interanual del 63 %.
¿En qué afecta todo esto a los inversionistas?
Los pagos digitales representan la historia de crecimiento estructural más sólida en el sector de los servicios financieros, lo cual refleja el auge del comercio electrónico, el aumento de los viajes internacionales y la preferencia por los pagos sin efectivo. Observamos un entorno más evolutivo que revolucionario en el sector financiero, y es poco probable que esto cambie en un futuro próximo, lo cual ofrece oportunidades únicas a los inversionistas.