Los mercados siempre se recuperan
Las emociones se disparan durante los periodos de incertidumbre, lo que impulsa a los inversionistas a apresurarse para proteger las inversiones y ajustar sus carteras, o a aprovechar las oportunidades repentinas. Si bien es cierto que en la inversión es importante aprovechar la volatilidad y que, por lo general, el objetivo de los inversionistas es comprar barato y vender caro, es difícil tener éxito con ello repetidamente. Los mercados bursátiles ya reflejan en sus cotizaciones la mayoría de los acontecimientos, incluyendo las subidas de tasas, las cifras de desempleo y los cambios en la gestión, y, a pesar de las turbulencias, siempre se han recuperado.
Históricamente, el mercado bursátil no solo se ha recuperado en todas las ocasiones, sino que en muchos casos ha alcanzado nuevos máximos tras caer drásticamente. Así ha sucedido después de todos los grandes eventos que han sacudido los mercados, como la crisis financiera mundial, la guerra de Ucrania y la pandemia de COVID-19. En una economía capitalista, la riqueza se crea mediante la actividad empresarial, y esa actividad se ve recompensada a lo largo del tiempo con los rendimientos del capital aportado.
Tenga un plan y sígalo
Tener un plan es crucial para cualquier estrategia de inversión. Como punto de partida, usted debe fijar sus objetivos de inversión. Fijar objetivos de inversión determinará cuánto riesgo puede y desea asumir, y le servirá de base para tomar decisiones a la hora de confeccionar una cartera.
Comprender su estilo de inversión y los tipos de resultados que puede conllevar le ayudará a sentirse más seguro cuando las cosas no vayan según lo previsto. ¿El índice S&P 500 cayó esta semana? No es tan grave. Al fin y al cabo, piensa conservarlo otros treinta años. ¿Una empresa emergente apasionante se fue a pique? Eso pasa. Usted tiene una buena diversificación y ya está investigando un nuevo grupo de empresas prometedoras.
Antes de hacer cualquier inversión, asegúrese de decidir con cuánto riesgo puede lidiar. Estar preparado ayuda a superar el estrés que provoca la inversión. Cuando se tiene un plan de acción sólido, es menos probable que cunda el pánico ante un contratiempo. Pero hay que ser disciplinado para que el plan funcione.
La disciplina atenúa el impacto de los sobresaltos repentinos de dos maneras. En primer lugar, le impide vender activos a pérdida porque goza de la libertad de esperar a que la crisis se corrija por sí sola. Y, en segundo lugar, le impide asumir más riesgos de lo sensato para compensar las pérdidas sufridas por las ventas motivadas por el pánico. Si se ciñe a sus objetivos de inversión, le resultará más fácil hacer frente a la volatilidad a corto plazo. Para lograrlo no debe exponerse a detalles que puedan hacerle cambiar de opinión. Si tiene una buena diversificación, tendrá esa tranquilidad.
La diversificación le da tranquilidad
La diversificación es una de las herramientas más importantes de las que dispone cualquier inversionista. Usar la diversificación como enfoque de inversión también puede ayudarle a evitar estresarse con sus inversiones, ya que una cartera bien equilibrada y diversificada se ve menos afectada por las fluctuaciones del mercado. Puede diversificar dentro de las clases de activos, entre clases de activos y regiones geográficas, invirtiendo en oportunidades tanto en mercados desarrollados como emergentes.
Si invierte en acciones y se enfoca por completo en el sector de la salud, se encontrará en una posición difícil si el sector en su conjunto sufre una sacudida. Pero si invirtió a lo largo y ancho del universo de la renta variable —eligiendo opciones de diversos sectores— un mes difícil para un sector o una empresa en particular no tendrá demasiada importancia. Una cartera diversificada le ayudará a evitar juicios precipitados y decisiones apresuradas. Si se asegura de que su cartera esté siempre bien equilibrada, no tendrá que preocuparse tanto por las fluctuaciones del mercado y esto le ayudará a invertir con calma y objetividad, y a evitar tomar decisiones motivadas por la aversión a la pérdida.
Evite la aversión a la pérdida
La aversión a la pérdida es el fenómeno por el cual las personas experimentan las sensaciones de pérdida, fracaso o derrota de forma más intensa que las sensaciones de ganancia o éxito. El miedo a la pérdida afecta a los inversionistas de diferentes maneras. Puede manifestarse en un comportamiento arriesgado —como apresurarse a elegir una nueva inversión sin la debida consideración— o de negación, en el que una mala inversión puede mantenerse durante demasiado tiempo porque el inversionista no quiere sentir que cometió un error. Como en cualquier otro aspecto, una investigación minuciosa y una comprensión profunda de sus objetivos de inversión deben servirle de guía en este sentido.
Para evitar actuar impulsivamente y controlar sus emociones, un buen inversionista debe ser capaz de recortar las pérdidas y ampliar los beneficios. Se trata de disciplina, de tener un plan y llevarlo a cabo. Invertir no siempre consiste en aprovechar una oportunidad, comprar barato y vender caro o acertar con el ritmo del mercado. La inversión debería girar en torno a sus propios objetivos y plazos personales, y a su tenacidad para ceñirse a su plan, incluso cuando las cosas se pongan difíciles.