¿Cuál es la actual superpotencia mundial?

Estados Unidos sigue siendo la única superpotencia mundial, a pesar de las fricciones geopolíticas actuales. Sigue ejerciendo el liderazgo indiscutible, si se toman en cuenta las tres características que definen a una superpotencia: la riqueza económica de una nación, los activos militares «duros» y el poder «blando», en términos de intercambios culturales, diplomacia o difusión de ideas. Utilizando esta definición, hay pocas dudas de que el mundo sigue siendo unipolar.

No hace falta decir que la cuestión de cómo definir una superpotencia es un tema de actualidad. Hay un consenso generalizado en torno a que el estatus de superpotencia depende tanto del poder duro como del poder blando. Esta definición es promovida por los respetados politólogos estadounidenses John Mearsheimer y Joseph Nye.

¿Qué países aspiran a ser superpotencias?

Es probable que para 2050 haya más países que puedan ser definidos como superpotencias, compartiendo el escenario con los Estados Unidos y creando un orden mundial multipolar. Extrapolando las tendencias económicas, geopolíticas y demográficas actuales, se podría decir que China se convertirá probablemente en una nueva superpotencia, a pesar de que su economía se tambalea actualmente. Aunque es menos apreciada, parece probable que la India se una a Estados Unidos y China como actor determinante en el devenir de los asuntos mundiales, ayudada en este proceso por la ventaja demográfica de contar con una población joven y creciente que debería impulsar el crecimiento económico.

Esta es la opinión del Dr. Damien Ng, Next Generation Research Analyst, de Julius Baer, expresada en un artículo de una revista revisada por expertos que se centra principalmente en el ascenso de la India a la categoría de superpotencia.

Sin embargo, advierte que el futuro aún no está escrito y que los desafíos asociados a la infraestructura social podrían ser un obstáculo para el progreso. «No debemos olvidar que cada uno de estos países enfrenta su propio conjunto de desafíos», afirma. «A largo plazo, tendrán que superar estos desafíos internos asociados a la desigualdad económica, pues, de otro modo, estos detendrán su avance».

¿Qué desafíos deben enfrentar China e India en el camino?

Este delicado camino hacia la cima mundial tiene implicaciones para los inversionistas con una visión a largo plazo. En particular, a medida que China e India traten de convertirse en países más prósperos, con niveles de vida más altos, necesitarán desarrollar su infraestructura social, especialmente en materia de educación y salud. Es probable que esto genere un entorno favorable para estos sectores en diferentes niveles en cada país.

Reforma de la educación y la salud

Mientras que los gobiernos asiáticos se centraron en la construcción de carreteras, puertos y aeropuertos en los últimos años, el Dr. Ng cree que las infraestructuras sociales (principalmente la educación y la salud) también necesitan ser atendidas. Cuando la pandemia de la COVID-19 se extendió por todo el mundo durante los últimos tres años con trágicas consecuencias, dejó al descubierto las grietas existentes en los sistemas educativos y sanitarios de muchos países, así como lo mucho que su prosperidad futura depende de su subsanación.

En su opinión, este déficit de infraestructura social está estrechamente relacionado con el aumento de la desigualdad económica. Tanto en Estados Unidos como en China o la India, la desigualdad ha aumentado en los últimos 30 años, dice, pero en la India resulta más extrema, provocando el hundimiento de la clase media de la que depende cualquier economía próspera. Ocuparse de la infraestructura social de la India contribuiría en cierta medida a contrarrestar esta situación.

Los contrastes son especialmente notables en la India: un país con una gran dinámica pero con grandes desafíos. Su población superará a la de China en 2023 y ambas albergarán a más de 1.400 millones de personas ese año, según estimaciones de las Naciones Unidas. La edad media de la población es inferior a la de Estados Unidos o China, lo cual tiene poderosas implicaciones para el crecimiento económico, ya que un número cada vez mayor de jóvenes se va incorporando a la población activa. Además, India cuenta con unas fuerzas armadas de gran tamaño y un importante gasto en defensa, junto con un patrimonio cultural deslumbrante.

Aun así, los desafíos que enfrenta el país podrían paralizar su progreso. Entre ellos se encuentran «la pobreza generalizada, la corrupción crónica, las divisiones sociales, un sistema público de salud sobrecargado y los acuciantes problemas medioambientales», en opinión del Dr. Ng. En el centro de estos desafíos concatenados se encuentran la desigualdad en el acceso a la educación de alta calidad y un sistema de salud deficiente. Si se mejoran estas infraestructuras sociales, el país estará más cerca de convertirse en el ejemplo de crecimiento inclusivo del siglo XXI.

Los problemas de China son diferentes. Aunque la desigualdad económica no es tan extrema, el rápido envejecimiento de la población conlleva retos en el ámbito de la salud. En 2040, más de una cuarta parte de los chinos, 402 millones de personas, tendrán más de 60 años debido al aumento de la esperanza de vida y al descenso de la fertilidad, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud A medida que la población envejece se nota un rápido crecimiento de enfermedades típicas de la vejez, como el cáncer.

Dos tendencias de inversión poderosas

Desde el punto de vista de la inversión, es probable que los esfuerzos de China e India por superar sus respectivos desafíos en el ámbito de las infraestructuras sociales en los próximos 30 años se centren en la salud y la educación, según el Dr. Ng. Con la excepción de la educación privada en China, donde se ha prohibido la enseñanza con fines de lucro, las principales empresas de estos sectores están prosperando.

Una China que envejece, por ejemplo, no solo plantea desafíos, sino también oportunidades, ya que el gobierno y el sector privado coinciden en sus esfuerzos para mejorar la asistencia sanitaria y social.

«Después de todo, las personas mayores necesitan una amplia gama de servicios y ayudas para mantener su estilo de vida», señala el Dr. Ng. «Es entonces cuando la longevidad puede convertirse en una oportunidad para los inversionistas. Invertir en la economía plateada requiere un enfoque de inversión basado en segmentos, ya que existe una amplia gama de servicios y ayudas que las personas mayores necesitan para mantener su estilo de vida. Teniendo en cuenta la fragilidad de la vejez y los cambios en las preferencias en cuanto al estilo de vida de la población que envejece, los sectores relacionados con la salud y los servicios de atención a la tercera edad deberían seguir siendo prometedores».

Un problema de salud pública cada vez mayor es el cáncer: en China se registró casi una tercera parte (30 %) de las muertes relacionadas con el cáncer de todo el mundo en 2020. Ante este inquietante panorama, China se ha convertido en uno de los mercados de más rápido crecimiento en el ámbito de la genómica, a medida que las terapias personalizadas basadas en la secuencia genética han ido revolucionando los tratamientos.

En la India, la pandemia llevó al gobierno a desarrollar un sistema de salud digital como forma de reforzar sus servicios de atención sanitaria. Como resultado, el mercado de la salud digital está en auge.

Las empresas de tecnología educativa (EdTech) también están floreciendo porque la gente aspira a complementar el aprendizaje que sus hijos reciben en las escuelas públicas. En consecuencia, la India es uno de los principales países para las inversiones de capital riesgo en el ámbito de la tecnología educativa en todo el mundo.

¿Cuál es el balance para los inversionistas?

Los caminos de China e India hacia la categoría de superpotencia son complicados, pues dependen de lo bien que desarrollen su infraestructura social, lo cual favorecerá la igualdad. Para lograrlo, el gobierno debe cooperar con el sector privado, ayudándolo a tener éxito en dichas áreas. Esto proporcionará un impulso favorable a largo plazo para las empresas líderes, lo cual conllevará un beneficio para los inversionistas.

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